Cuando de repente, cesa la presión, la adrenalina se queda tan blandita como los relojes de Dalí. O como la credibilidad de los políticos.
He estado en absoluta hiperactividad laboral durante esta mañana, ayer, y finales de la semana pasada y hoy, de repente sobre las 12.00h se terminó. Me siento como rara. Es la misma sensación que recuerdo del día siguiente de los reyes magos (que como ya sé de qué va el tema no los pongo en mayúsculas). Con un gran “y ahora qué” que te tira fuerte de la coleta y te hace poner muecas que parecen responder un “yo que se” gigante.
Mil excusas por aquí y por allá, mentirijillas, que está feo, sí, pero son la mar de útiles. A ver si ahora voy a ser yo la única que vaya por la vida de leal, nanai de la china. La cuestión es un “ande yo caliente, riase la gente” en luces de neón....y al final, seguramente en eso sí estemos de acuerdo, el Sr. Rajoy, el Sr. Zapatero y hasta el Sr. Moderador (que por cierto, no me creo, que a estas alturas y después de que haya llovido tanto tenga el bigote igual que cuando yo escribía Queridos Reyes Magos en mayúsculas y con las ojos llenitos de ilusión...