hoy a la hora de comer una compañera ha nombrado a Pumuki. ajena totalmente a que en ese preciso momento una invasión de recuerdos ha arrasado mi cabeza. de repente me he recordado a mí misma y a mis compañeras en la biblioteca del cole cuando eramos peques. me encantaba leer a Pumuki y sus infinitas aventuras en el taller del carpintero con quien vivía.... y estirando de recuerdos, me veo con alguna compi más, descubriendo entre los centenares de libros El Exorcista y leyéndolo a escondidas como si de una obra pornográfica se tratara. íbamos a un colegio de monjas, a las Dominiques de l'Anunciata, y leer tacos, agresiones contra Dios y demás era algo muy pero que muy peligroso y excitante (así nos lo parecía a nosotras, claro)
y ya metida en este cúmulo de recuerdos, soplo fuerte y retiro la densa capa de polvo y veo a Nuri en mi cumpleaños, cualquier cumpleaños de antes de los 10, cuando entre bocadillos de nocilla, juegos en la terraza, muchas amigas y familiares, sufría y lo pasaba fatal cuando el bueno de Rubi se le acercaba por curiosidad y por ganas de jugar.
recuerdo a mi padre y su bigote negro y las gafas tremendamente gigantes de una Charo en los 80. la cara de pillina de Laura y nuestros míticos ataques de risa que terminaban siempre con un el mosqueo de mi madre...
es fantástico, de repente, estar de nuevo en todos esos sitios y ver que fueron capítulos felices, Muy felices y que es una pena que todo eso, o que la mayoría de todo eso se nos olvide.. aunque si apretamos fuerte los ojitos y estrujamos el corazón caen gotitas de todo aquello que fue... fantástico